Veigadares (Veiga de Ares) inicia su historia allá por el año 1995. Eran muchas las expectativas en torno a un albariño que se iniciaba en la fermentación en barrica de roble y mucho el esfuerzo de los enólogos para competir en un escenario donde la mejor variedad de blancos no contaba con el beneplácito del envejecimiento en botella. Y se convirtió en un fenómeno. Con Veigadares trascendió la cultura del vino, el vino entendido como una cultura donde la tierra y el arte del cultivo adquirían carta de naturaleza. Veigadares quiere transmitir el concepto de humanidad y cercanía artesana, manual, hablar del pasado pero soñando con el futuro.