El Johnnie Walker Black Label es un whisky escocés blended de reconocida calidad, elaborado a partir de una mezcla de alrededor de 40 whiskies de malta y grano, todos envejecidos por un mínimo de 12 años, lo que le confiere una notable complejidad y equilibrio. Su perfil aromático ofrece notas de frutas dulces como manzana verde y pera, combinadas con vainilla, caramelo y un delicado toque ahumado que proviene de maltas de la región de Islay. En boca, es suave y aterciopelado, con sabores bien integrados de azúcar de cebada, especias suaves como la pimienta blanca, roble tostado y un humo sutil que no domina, sino que complementa el conjunto. Su final es largo, ligeramente especiado y con recuerdos persistentes de fruta madura y madera. Con una graduación alcohólica del 40 %, el Black Label es ideal tanto para disfrutarse solo, con hielo o como base para cócteles clásicos, consolidándose como una opción versátil y elegante dentro del mundo del whisky escocés.