Madurado durante 12 años en barricas de roble europeo previamente sazonadas con jerez, este single malt clásico y complejo revela aromas de frutas desecadas, corteza de cítricos, jengibre y nuez moscada. En boca aparecen pasas, sultanas y jarabe de jengibre, que evolucionan hacia especias dulces como canela y un ligero toque de vainilla. Su final es largo, con roble cálido y un reconfortante matiz de jengibre