En un remoto lugar de Extremadura, al norte de Cáceres, hace ya 10 años que José Luis Sánchez Martín, comenzó a elaborar sus conservas artesanales de pimientos del piquillo El Carrascal.
Una variedad única por su textura y sabor, que se cultiva con extremo mimo, sin química alguna y que obtiene su punto exacto de acidez únicamente del control del ph de la plantación.
En fábrica, el proceso absolutamente artesanal, continúa. Con extrema dedicación y delicadeza se seleccionan los pimientos, uno a uno. Se asan artesanalmente para que conserven todo su jugo. Y finalmente, se pelan y enlatan, también de forma manual.